Alex Reynoso

July 04, 2019

Alex Reynoso

Sansupo, Mataquesquintla Guatemala

Original Spanish unless overruled by your browser; better translation is below

Finca Palo de Quina

Un regalo de mi abuelo Florentin Reynoso a mi padre Magdaleno  Reynoso que luego herede y en la actualidad trabajamos juntos. Mi esposa, mi madre y mis hijos. La historia cafetalera en la región  comenzó con los abuelos, quienes comenzaron a cultivar café. Viendo que era un producto bastante lucrativo. Aunque en la actualidad se ha hecho difícil por varios factores uno de ellos ha sido la muerte. La muerte de mi abuelo poco la recuerdo pero la muerte de mi padre la tengo presente, pues el fue secuestrado por un escuadrón  del ejército de Guatemala  y luego ejecutado de la manera  mas cruel. Esto sucede cuando yo tenía  apenas 6 años en ese momento mi madre  y yo quedamos solos y para ella fue difícil trabajar la finca cafetalera. Pues ella no tenía  experiencia en la caficultura más sin embargo salió adelante. Al cumplir 15 años empiezo a trabajar la finca y de a poco me enamore de esto y así de la variedad  de café San Ramón que mi padre había cultivado y pues yo sigo cultivando en la actualidad.

Lo peor comenzó en el 2011 cuando en la región se instala un proyecto minero Canadiense. Con dicho proyecto también se instala un monopolio al café  y los precios del grano cayeron en picada. Somos una familia que luchamos contra la adversidad en el 2014 sufrimos lo peor que le puede pasar a una familia. En esa fecha perdimos un miembro de  nuestra familia mi únigenita TOPACIO REYNOSO. Mi hija  de tan solo 16 años ella era una activista juvenil en contra la minería química en la región. Cuando estábamos regresando de una actividad cultural hacia nuestro hogar el 13 de abril de 2014 ella y yo fuimos emboscados por sicarios con arma de fuego. Mi hija y yo estábamos gravemente heridos y ella pues perdió la vida en la madrugada del 14. Nuestro único crimen  ha sido y será resistirnos ala minería y tala de los bosques y proteger la fauna en las áreas  agro forestales y cafetaleras. Pero no todo es tragedia porque para nosotros la caficultura es vida, trabajo digno, alegría y felicidad  en especial que nuestro café  se comercialice en este mercado justo. Yo Alex Reynoso y mi familia  Reynoso Pacheco espero que usted disfrute de una buena tasa de café de la finca Palo de QUINA,  como yo disfruto trabajando la herencia de mis antepasados, café de la variedad San Ramón.

 

Palo de Quina Estate

The Palo de Quina estate was a gift from my grandfather Florentin Reynoso to my father Magdaleno Reynoso, which I later inherited. Today I work the land together with my wife, my mother and my sons. The history of coffee in region began with our grandparents, who were the ones who started harvesting the bean, a lucrative crop. Things are more difficult today for a number of reasons, one of which is death. I don’t remember much about the death of my grandfather, but the death of my father is something I still carry with me: he was kidnapped by the army before being executed in an extremely cruel manner. This happened when I was only six years old, and my mother and I ended up alone on the coffee plantation. She didn’t have experience harvesting coffee, regardless, we persevered. When I turned 15 I began to work the land, harvesting the San Ramón bean my father had introduced. I fell in love with the work, and to this day continue to harvest this same bean.

The worst thing that we have gone through happened in 2011, when a Canadian mining project arrived to our region. With the the arrival of this project, there was also an attempt to monopolize the production of coffee, and the price of our product dropped off sharply. We have always struggled against adversity, but in 2014 we experienced the very worst thing that can happen to a family. That year, we lost our only daughter, Topacio Reynoso, who was 16. My daughter was a young woman who was an activist against toxic mining in our region. On April 13, 2014, we were returning home together from a cultural activity when we were ambushed by a group of armed men. We were both seriously injured, she passed away in the early hours of April 14th. Our only crime was, and remains, resisting mining and illegal deforestation, as well as protecting the fauna in our forests and agricultural lands. It’s not all tragedy, though. For us, the coffee harvest is life, it is dignified work, and it brings us great happiness and satisfaction that our coffee is sold through fair trade markets. I, Alex Reynoso and the entire Reynoso Pacheco family hope that you enjoy an excellent cup of coffee from the Palo de Quina plantation, just as I enjoy working in the tradition of my ancestors, harvesting San Ramón coffee.

 Keep an eye for Alex's coffee!